
Ayer la prensa publicaba dos entrevistas a una misma persona, Marcos Senna, brasileño de 32 años que va convocado por Luis Aragonés.
Saben uds. que este Bestiario es crítico con el gran espectáculo del fútbol (vean, si no, el post de de hace ya un par de añitos en el anterior "site" del bestiario: http://www.fotolog.com/bestiario_de_q/16154180).
Bueno, pues parece ser que Senna juega en el Villareal desde 2002, y llevando seis años residiendo y trabajando en España, tiene la doble nacionalidad, lo que le permite ir a la selección. De hecho ya fue en el mundial de Alemania, hace un par de años. En principio nada que oponer, el propio Senna lo dice clarito "son las leyes, y si se cumplen no es trampa".
Dice que el himno le parece "bonito", y que le gusta que "la afición siga la música, aunque no pueda cantar nada"; seguramente después de que alguien le dijera que un poquito más de espíritu, coño, declaró a otro periódico "emocionarse" al escuchar el himno. Insiste el periodista de El País, ¿qué tiene usted de español?, y responde Senna que la comida le gusta mucho (¿Su plato preferido? ¡¡carne con arroz!!), está el clima, el fútbol...
Al contrario de lo que sucede con la frigidez patria que sufre este hombre, no se sorprende este Bestiario de que el ciudadano español Senna viva en otra dimensión, fíjense ustedes en tres perlas. ¿Sabe el lector cuánto gasta de móvil al mes? Senna no, porque el pago es "automático". ¿Sabe usted cuánto cuesta un periódico? El que compra Senna, 1'20. Y ¿quién es Felipe González?... exacto. Ni idea.
Por lo que sabe este Bestiario, no hay nada que echarle en cara, parece un tío admirable. Hace bien. Hace bien, porque se lo gana, porque coge las oportunidades que se le presentan ("Brasil está lleno de jugadores extraordinarios [...].Casi todas las selecciones tienen brasileños nacionalizados"). Porque le echa humor ("Lo que yo creo que llama más la atención es que soy muy tostado"). Porque no se esconde ("Deja bien claro que soy de Sao Paulo").
Y sin embargo, no puede evitar este Bestiario preguntarse a quién representa este señor en la selección, en qué andan pensando los responsables, y si tienen claro qué vale más, barco con honra u honra sin barco.
Como hemos empezado ganando, es el momento de decirlo.