
Estrena formato este Bestiario con una situación que invita a la sonrisa maliciosa, no me digan que no.
El toro de la foto es de la ganadería Garcigrande, encaste Domeq. Nació en Alaraz (salamantino tenía que ser) hace cuatro años y cuatro meses. Desde ese mismo momento, y por su varonía, era potencialmente lidiable. Vivió libre y salvaje en un entorno idílico de encina y cielo azul. Era un toro bonito, con unos cuernos grandes e igualados. Por eso fue seleccionado para ir a la feria más importante del año, Madrid.
Serían las 8, más o menos, cuando Liante, impulsó sus 571 kg de peso por encima del burladero, aterrando a los que dormitaban en el callejón. Entre ellos, si se fijan, verán al otrora alcalde de Madrid protegiéndose torpemente y con cara de "hastaquiasllegao, manzanita".
No dejen uds de sonreírse con el señor de la derecha, anónimo para este Bestiario, pero al que se le presume, para divertimento, ser un constructor que desde ayer prefiere ver los toros desde un tendido fila 6 (como mínimo). Y el ángulo nos impide ver a la/s persona/s (apuesta este Bestiario a que en ese hueco caben dos) entre el presunto constructor y el ex-alcalde.
No pasó nada. El toro volvío al ruedo sin empitonar a nadie, y protagonizó, según las crónicas, una faena gris y aburrida, hasta que Castela, gabacho de 25 palos, le dio matarile.
Y es que el callejón ya no es lo que debe ser. El callejón es, especialmente en Madrid, el lugar en el que se demuestra al mundo que uno pincha y corta en el negocio del toro. El callejón tiene su atractivo, está claro: se está ahí tan pichi fumando un puro, corbata nueva, olé y olé, a este no le aplaudo, que va a parecer que no sé de toros, me pongo serio que salgo en el plus... Pero un buen día salta un torito bravo con ganas de pinchar uvas. O pasa un torero descosido en brazos de la cuadrilla perdiendo la vida. Y ahí tiene que estar la asistencia, la cuadrilla, las fuerzas del orden, espacio libre y punto pelota. No tiene que estar San Fermín, con su capote, haciendo un quite a Liante para que no ensarte a un ilustre... porque fíjense; si Liante hiciera por Álvarez del Manzano, ¿cómo podría ponerse éste a cubierto?
El toro de la foto es de la ganadería Garcigrande, encaste Domeq. Nació en Alaraz (salamantino tenía que ser) hace cuatro años y cuatro meses. Desde ese mismo momento, y por su varonía, era potencialmente lidiable. Vivió libre y salvaje en un entorno idílico de encina y cielo azul. Era un toro bonito, con unos cuernos grandes e igualados. Por eso fue seleccionado para ir a la feria más importante del año, Madrid.
Serían las 8, más o menos, cuando Liante, impulsó sus 571 kg de peso por encima del burladero, aterrando a los que dormitaban en el callejón. Entre ellos, si se fijan, verán al otrora alcalde de Madrid protegiéndose torpemente y con cara de "hastaquiasllegao, manzanita".
No dejen uds de sonreírse con el señor de la derecha, anónimo para este Bestiario, pero al que se le presume, para divertimento, ser un constructor que desde ayer prefiere ver los toros desde un tendido fila 6 (como mínimo). Y el ángulo nos impide ver a la/s persona/s (apuesta este Bestiario a que en ese hueco caben dos) entre el presunto constructor y el ex-alcalde.
No pasó nada. El toro volvío al ruedo sin empitonar a nadie, y protagonizó, según las crónicas, una faena gris y aburrida, hasta que Castela, gabacho de 25 palos, le dio matarile.
Y es que el callejón ya no es lo que debe ser. El callejón es, especialmente en Madrid, el lugar en el que se demuestra al mundo que uno pincha y corta en el negocio del toro. El callejón tiene su atractivo, está claro: se está ahí tan pichi fumando un puro, corbata nueva, olé y olé, a este no le aplaudo, que va a parecer que no sé de toros, me pongo serio que salgo en el plus... Pero un buen día salta un torito bravo con ganas de pinchar uvas. O pasa un torero descosido en brazos de la cuadrilla perdiendo la vida. Y ahí tiene que estar la asistencia, la cuadrilla, las fuerzas del orden, espacio libre y punto pelota. No tiene que estar San Fermín, con su capote, haciendo un quite a Liante para que no ensarte a un ilustre... porque fíjense; si Liante hiciera por Álvarez del Manzano, ¿cómo podría ponerse éste a cubierto?
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