
En los últimos cuatro años han sido muchos los lunes en los que muy temprano, a horas propias de consultor, veía la misma estampa encajado en el asiento del avión camino de La Coruña. Si van, acuérdense, siéntense en estribor. Al descender, verán el puente de As Pías, que da acceso a Ferrol. Poco después el avión virará prácticamente encima de la casa del colega del Jardín del Pulpo, y cuando se enderece, podrán ver el castillo de San Felipe. Instantes después, tendrá debajo la ría de Betanzos, donde en días tranquilos hay algún barco fondeado y se aprecian claramente las bateas. Después, enseguida, por estribor, se ve la ciudad de Coruña, con la Torre de Hércules al fondo. Le llamará a ud. la atención la torre de control del puerto, que resplandece al amanecer, pero no deje de fijarse en la Torre de Hércules. Está ahí desde el Siglo I.

También me queda la marca de una ciudad y unas gentes entre las que dejé de sentirme extraño hace ya bastante tiempo. Una ciudad que, ahora me doy cuenta, me ha acogido y en la que he vivido como uno más. Para mi, que llevo 15 años en Madrid, volver a vivir en una capital de provincia tiene algo de reencuentro con un viejo conocido.

En estos días se cierra la etapa de La Coruña. La recordaré con cariño, y en poco tiempo se me olvidará el amargor de tantas noches fuera de casa. Ahora comienza otra etapa, en la que tengo por delante retos y oportunidades, pero también contratiempos acechando. . . no lo niego, no estoy tranquilo. El gran cambio es que estaré en mi casa, con mi mujer, y cerca de mi familiay amigos. Eso es importante.
El viernes pasado era el día 1.458 destinado en Coruña. Por la mañana, tempranito, fui al mercado y para celebrar que en pocas horas me iría para no volver probablemente nunca (al menos, a trabajar), qué mejor que recurrir al saber hacer acumulado todos estos años. En la foto siguiente podéis verlo.

4 comentarios:
Y que buena estaba la mariscada y que contenta estoy de tenerlo en casa todos los días!
Eres un crack.
La afición espera un libro, entre otras cosas
Pues ya son dos las torres/faros con gran significado en tu vida... Y cada una en una punta de España... Qué grandes momentos.
Me alegro de que estés de vuelta, bienvenido, y ya sabes que estaremos aquí para vivirlo. Aunque sea una pena que, al menos por ahora, no vayamos a comer a diario en Boadilla del Monte... aquí también hay una torre, y un lago, amigos mios y del amigo del Jardín del Pulpo ;)
Un abrazo.
La verdad es que el Pluridisplinar de Peñagrande necesitaba una noticia de esta envergadura. Por cierto...¿quién será esa anónimo que está tan contenta?
La Vital está esperándote con los brazos abiertos. Tenemos la torre de Doña Otxanda...
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